Hermanamiento Monachil-Casia

                  

(Actos en Casia, días 21-22 mayo 1999)

Día 20. A las cinco de la mañana salimos del Barrio de Monachil, en autocar, 37 personas, ilusionadas, en dirección del aeropuerto de Madrid. Con los nervios y preocupaciones hemos dormido poco. Las cinco horas de camino son un alivio. Hemos descansado algo. Trámites y a esperar. Tenemos suerte. Anuncian el vuelo a su hora. Vamos a ir en un avión de la compañía THAI. Es un Boeing 747. Tiene una capacidad superior a las cuatrocientas personas. Y un piso con literas. Impresionante. Algunas personas del grupo no habían viajado nunca en avión. Tratamos de tranquilizarlas. Despegamos suavemente. El vuelo discurre normal.

Vamos una delegación del Ayuntamiento de Monachil, presidida por el Sr. Alcalde, D. José Sevilla, concejales de cultura y deporte, con sus señoras, secretarias, la Sra. Manuela Rodríguez -a quien van a entregar el premio internacional Santa Rita, del que hablaremos más adelante-, varios atletas que portarán una antorcha encendida la noche del 21, desde Rocaporrena hasta Casia, para el encendido del pebetero que inaugurará las fiestas ritianas. Y, por parte religiosa, tres agustinos recoletos: PP. Abdón Alcalde, Javier Hernández y Fray Luis Vela. Además un grupo de personas devotas de la Santa que nos han querido acompañar. Es un acontecimiento histórico que vale la pena vivir.

Durante el vuelo -dos horas- nos ofrecen un buen desayuno. En pantallas gigantes, cada departamento tiene una, con mapas de Europa, nos dan detalles del vuelo: altura, velocidad, hora aproximada de llegada, etc.

Los primerizos ya se han tranquilizado. Se mueven por el avión como si estuvieran en sus casas. Celebran haberse decidido. Nos sacamos fotos.

Hemos salido a las doce y a las dos de la tarde, hora prevista, tomamos tierra en el aeropuerto de Roma. Elevamos una oración agradecida al Señor.

Nos esperaba una delegación del ayuntamiento de Casia, encabezada esta vez por su alcalde, Prof. Gino Emili, y algunos de los que estuvieron en Monachil. También el General de los Agustinos Recoletos, P Javier D. Guerra, el secretario y el procurador. Ellos nos han preparado todo en Roma: hoteles, visitas y autocar para que esté los cuatro días con nosotros. Nuestro público agradecimiento. Que el Señor os premie largamente.

 

-Ganadoras del premio Internacional

-Izquierda: detalles del viaje

Abrazos, bienvenidas y agradecimiento compartido. Los de Casia vuelven a su ciudad con un "hasta mañana" Los religiosos agustinos recoletos nos llevan al hotel. La tarde la pasamos visitando algunos monumentos de la ciudad con explicaciones, comentarios de arte e historia: Basílica de Santa María la Mayor, alrededores de la Plaza Venecia, corazón de la ciudad, fontana de Trevi, Coliseo, Foros, Capitolio, etc. Volvemos al hotel. La cena es a las ocho y tenemos que madrugar.

Día 21. A las cinco de la mañana ya estamos en camino. La policía de carretera nos abre paso y nos sitúa en la autopista de Florencia, dirección Terni, para ir a Casia por el valle de la Valnerina, posiblemente el más bello de Italia. Una gozada tanto verde, el río Nera con agua limpia, montañas, cascadas, pueblos altos, colgados de las montañas, torres de castillos y de iglesias. Una maravilla. Nos acordamos,¡cómo no!, de la sedienta y seca Andalucía. Hacemos una parada para degustar el desayuno que nos han preparado en el hotel.

Seguimos por esta carretera romántica. De Roma a Casia son apenas 150 kilómetros pero se tarda en hacerlo casi tres horas. Es la Umbria, zona montañosa, con curvas, subidas, bajadas, pueblecitos... No se puede correr.

Varios Kilómetros antes de llegar, en Sta. Anatolia, nos espera la policía local de Casia que nos escolta hasta llegar a Casia. Al atisbar la ciudad, sobre una colina, los corazones de todos saltan de gozo. Espontáneamente aplaudimos. Para muchos un sueño se está realizando. Nos sentimos privilegiados. Es un don del Señor. Muchísimos peregrinos que han llegado para la fiesta nos miran con curiosidad. Una gran valla, ubicada en el cruce Casia-Rocaporrena anuncia el Hermanamiento entre Casa y Monachil. Nos abren paso y nos llevan hasta la puerta de la baslica. Nos apeamos. Una furgoneta del hotel de Las Rosas carga con todo el equipaje. En pocos minutos estamos colocados en nuestras habitaciones. Tenemos poco tiempo. A las diez y media, en el Auditorium "Santa Clara", de los Agustinos, tiene lugar el primer acto. El reconocimiento internacional Santa Rita en su duodécima edición. Han dispuesto que varias personas y un intérprete estén siempre a nuestro lado. Nos acompañan hasta el salón.

El auditorio es coqueto, familiar, íntimo, relativamente  pequeño. En la presidencia, situada, como es natural, en la parte más baja, están sentados los alcaldes de las dos ciudades, el arzobispo de Spoleto-Norcia, Mons. Riccardo Fontana, el prior general de los Agustinos, P Miguel Angel Orcasitas que, después de la función, nos dijo que acababa de llegar de Norteamérica y que se marchaba el día 23 para Alemania. Quiso estar presente en el "Hermanamiento" por tratarse de una ciudad española, de Granada, y por haber sido la revista "Santa Rita y el pueblo cristiano", que publican los Agustinos Recoletos desde 1905, la protagonista principal de este Hermanamiento. Le agradecemos el gesto. Además nos dirigió la palabra en varios momentos solemnes. Entre tanto italiano nuestra lengua nos parecía más dulce que nunca. Además, el arzobispo de Sardegna, las tres mujeres que van a recibir el premio y el periodista, que va a conducir la rueda de prensa, doctor Nuccio Fava.

La "distinción internacional Santa Rita de Casia" se concede:

1º.- Para honrar a Santa Rita en el día de su fiesta.

2º.- La distinción será otorgada dicen los Estatutos- a tres mujeres que en circunstancias diversas hayan reafirmado los valores que en su tiempo encarnó Sta. Rita.

3º.- La distinción es de índole exclusivamente moral y consistirá en un diploma decorado por un artista contemporáneo.

Se concede a mujeres, mujeres casadas, madres, viudas y religiosas.

Las tres mujeres a quienes se les ha concedido este año el premio o reconocimiento han sido:

1) Manuela Rodríguez López de Monachil, madre de cinco hijos. Su marido, Salvador Martín, fue asesinado. Aceptó la muerte y perdonó al asesino.

2) Eleni Dzoka, nacida en Polonia, de padres griegos, en 1956. Cantante de profesión ha

interrumpido su carrera tras la muerte de su hija única también asesinada. Ha perdonado. Ahora se dedica a cantar al amor, a la paz, a la justicia, al perdón y a la fraternidad. Su testimonio nos hizo llorar y más cuando nos deleitó y emocionó con dos canciones. Canta como los ángeles. Fue largamente ovacionada.

3) Caterina Muntoni, nacida en Fonni (Nuoro) en enero de 1943. En diciembre del año pasado mataron a su hermano sacerdote, D. Graziano, por un hombre que recibió de él abundantes beneficios. También, como las anteriores, y como Sta. Rita, ha perdonado y sigue con sus obras sociales.

La más lacónica fue nuestra paisana, Sra. Manuela Rodríguez. El P. Bolívar tuvo que sacarla del apuro ante tantas preguntas del presentador. Por cierto un gran periodista. Hubo varias intervenciones. Cerró el acto Monseñor Riccardo Fontana. Tardará mucho tiempo en borrarse este momento de nuestras mentes y corazones Hubo grabando el acto muchos fotógrafos y cámaras de televisión.

 

Cartel anunciando el hermanamiento. La ciudad de Casia al fondo.

 

 

 

 

 

 

Casia iluminada por antorchas en la noche

 

 

 

El alcalde de Monachil portando la antorcha antes de encender el pebetero que anuncia el inicio de las fiestas.

 

 

Nuestro alcalde encendiendo el pebetero

 

 

El alcalde de Monachil se dirige a los presentes con emotivas palabras, al lado el interprete.

 

 

Rocaporrena. En el patio de la nueva basílica de Santa Rita el alcalde de Monachil enciende la antorcha que los atletas de este pueblo llevarán a Casia

 

 

 

 

En este complejo agustiniano con varias dependencias, nos ofrecieron el almuerzo. Distendido alegre, festivo. Religiosos agustinos, personal del ayuntamiento, familiares de las mujeres premiadas, tres arzobispos, general de la Orden agustiniana el provincial italiano, etc.

Al atardecer nos llevaron, en pequeños autocares, hasta el caserío de Rocaporrena, lugar de nacimiento de Santa Rita. Hicimos algunas visitas rápidas al Scoglio o monte de la plegaria, capilla de San Montano, nueva basílica, la casa donde nació la santa y donde vivió con su esposo e hijos, convertida en capilla y el pequeño hospital donde ejerció su caridad, durante la peste.

Al caer la tarde dieron comienzo las fiestas ritianas que se inician aquí en el pequeño patio interior de la nueva basílica, junto a la estatua de Sta. Rita, en bronce, de campesina, de pie, con las manos elevadas mirando al Scoglio. Un grupo de trompetas, bombos y banderas de Amelia, nos entretienen con su arte. Están presentes los dos alcaldes. Discursos y encendido de la antorcha que llevarán hasta la basílica de Sta. Rita de Casia los atletas venidos desde Monachil. A nosotros nos vuelven a la ciudad en los minibuses. Nos colocan en una tribuna cubierta y a esperar a que lleguen los atletas con la antorcha. Los vemos correr por la estrecha carretera que discurre junto al río Corno. La avenida de la Basílica está a tope. Hace frío. Comienza a llover. Los atletas agradecen el descenso de la temperatura que aquí nunca es alta ni siquiera en verano. En la Puerta del Santuario las autoridades esperan la llegada de  la antorcha. Como en Rocaporrena, el grupo de Amelia nos entretiene la espera con el juego de banderas que lanzan al aire al son de trompetas y tambores. Por los altavoces anuncian la situación de los atletas que están a punto de llegar. Nos emocionamos cuando nombran a Monachil, Granada y España. Somos el centro y los protagonistas de la gran fiesta.

 

Momento de la bendición de las rosas

 

Las autoridades civiles tras el estandarte de Monachil

 

Atletas de Monachil portando la antorcha

 

Pebetero encendido, momentos antes de la celebración del Tránsito de santa Rita

 

Momento de la celebración del Tránsito

 

 

 

Momento de la celebración de la eucaristía

 

 

Interior de la basílica de Sta.Rita abarrotada de fieles

 

 

 Los Sres. José Sevilla y Gino Emili, alcaldes de Monachil y Casia 

se felicitan tras el acto.

 

 

'Corteo Histórico'

 

 

Miguel Vinicio(8 años), hizo de hijo de Sta.Rita

Es una novedad. La primera vez que se hermana Casia con una ciudad no italiana. Los dos alcaldes están vestidos de gala, con la faja y el bastón de mando -que D. José usa por primera vez en sus 23 años como alcalde y por última ya que no se vuelve a presentar. Por tanto una fecha y un momento para él particularmente emotivo-. Broche de oro a su carrera política. Conforme va entrando la noche, una hora

antes que en España, se hace sentir el frío y la lluvia molesta. Por fin nos anuncian que los atletas entran en la avenida del santuario. Todos nos ponemos en pie y empezamos a aplaudir y a emocionarnos. El atleta de Monachil, uno de ellos, el que ha llegado primero, hace entrega a nuestro alcalde de la antorcha y éste, entre una atronadora ovación, enciende el pebetero. El alcalde de Casia anuncia solemnemente el comienzo de las fiestas de Sta. Rita.

La Basílica, grande, se pone a tope en pocos minutos. Nos han reservado bancos a nosotros. Cientos de fieles se han quedado fuera.

Los estandarte de Casia y Monachil se colocan ante el retablo del altar mayor.

La celebración semeja una hora santa. Se leen textos evangélicos, se reza y se canta. Hemos comenzado a las 21 30. Hay recogimiento, meditación, unción. A las doce en punto se hace un silencio especial que se palpa. Nos lo ha pedido el Arzobispo. Es el momento solemne del tránsito de Santa Rita. Tras estos minutos de silencio que nos recuerda este histórico momento, comienzan a repicar las campanas de la ciudad como sucedió aquel 22 de mayo de 1457 sin que las tocase nadie.

El Arzobispo se dirige hacia la capilla donde está la urna de cristal que contiene el cuerpo incorrupto de la santa. Lo inciensa y hace entrega a las monjas de la ofrenda de las rosas.

Para finalizar se lee despacio, con solemnidad, el Epitafio de la caja solemne. Emoción, unción y religiosidad en el ambiente.

Hay plegarias, peticiones y agradecimiento. Salimos, en silencio, impresionados, de la Basílica.

Ya estamos a 22 de mayo. Cerca, muy cerca, tenemos el hotel a

donde vamos a descansar después de una jornada intensa, plena, emocionante.

Poco después, a las cinco de la mañana, de nuevo las campanas despiertan a toda la ciudad. Durante la noche ha estado iluminada por miles de antorchas colocadas en caminos, carreteras, senderos, calles, tapias y ventanas. Es la fiacolata, el incendio de fe. Un espectáculo posiblemente único en el mundo, impresionante, que también se ha quedado grabado en nuestras mentes.

A las cinco comienza la primera misa. Se repetirá, cada hora, hasta las once que tiene lugar la misa solemne.

Pero antes, hacia las ocho, tiene lugar el "Corteo Histórico". Es una representación histórica de la vida de Santa Rita en trajes de época a manera de séquito. Naturalmente que nosotros participamos también, al final, junto con el Ayuntamiento de Casia. Los alcaldes y concejales van unidos tras los estandartes. Algunas muchachas de nuestro grupo van vestidas con trajes de gitana para las ofrendas. Llaman la atención. Son aplaudidas y piropeadas. Hay vivas a España.

Da comienzo, en la parte baja la ciudad, en la Puerta del Pago dirección de Rocaporrena. Esta lloviendo fuerte y hace frío. En la ciudad habrá más de quince mil peregrinos, personas devotas de Santa Rita, que han llegado de todo el mundo.

En cabeza, vecinos de Santa Rita, a continuación sus padres; después ella niña, de joven, con Pablo Fernando, con los hijos, viuda, monja agustina y, finalmente, con la espina en la frente. Siempre acompañada con gentes del caserío. Todos vestidos como en la Edad Media. No falta el alcalde con los concejales, los nobles y autoridades. Rigor histórico. Durante unas horas nos hemos sumergido en la Edad Media. Todo nos habla de Santa Rita. A nosotros nos llevan los municipales, entre un gentío inmenso, a lo largo todo el recorrido, hasta llegar a puerta de la Basílica.  Es  un  espectáculo impresionante. Las fotos que publicamos hablan por sí solas. Desde el portal, mirando la muchedumbre que porta en manos rosas, el Arzobispo les bendice.

A continuación entramos en Basílica. Nos ayudan a entrar. Tenemos un lugar reservado. Miles de fieles se quedan fuera el templo es pequeño para esta ocasiones. Son las once de mañana.

En el altar tres Arzobispos, los priores generales de los Agustinos y Agustinos Recoletos, PP. Miguel Angel Orcasitas y Javier D. Guerra. Así como nuestro Vicario, secretario general y procurador. Han venido desde Roma para participar en la fiesta.

Preside la concelebración Mons. José Saraiva Martins, prefecto de la Sagrada Congregación de los Santos. Los cánticos litúrgicos corren a cargo del Coro Polifónico de la ciudad de Tolentino, bajo la dirección del maestro Aldo Cicconofri.

Bajo la basílica; en la "penitenciaria", hay ni más ni menos que cuarenta sacerdotes confesando en todas las lenguas.

Curiosidad en las ofrendas nuestras...

He vuelto a emocionarme en varios momentos de la Eucaristía. Todo invita a ello. Se está cumpliendo un viejo sueño. Algunos pequeños problemas para dar la comunión. Estamos como sardinas, apretados. Todo se arregla. En varias ocasiones se nos han dirigido a nosotros, los españoles, los granadinos, los que hemos venido de Monachil. Se habla de nuestra revista. Gracias a ella se conoce en España a Santa Rita. Es la revista más antigua de las que se publican actualmente en el mundo, dedicada a la Abogada de Imposibles.

Se hace entrega de la distinción o premio internacional a las tres mujeres. De nuevo nos canta la polaca Eleni Dzoka. En esta ocasión el Ave María de Schubert. Una vez más acuden las lágrimas a nuestros ojos. Al final el templo se llena de aplausos y calor humano.

Los tres arzobispos nos dan la bendición final. Nos cuesta salir del templo. Hemos estado en el cielo.

 

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Teníamos una cita importantísima, la más esperada: la visita al convento de Santa Rita. Además de la mano de P. Bolívar Centeno, rector de la Basílica, que conoce a fondo la vida y virtudes de la Abogada de Imposibles. Ya en el patio de la parra y del pozo nos habla de ella. A continuación visitamos el coro, el Cristo que le donó la espina, la habitación donde vivió 40 años, las cajas donde fue colocada tras su muerte, en especial la solemne con las pinturas, que son una auténtica biografía, rosario, anillo de boda, rosal, etc, etc. Una visita que deja huella en los corazones porque Santa Rita nos invita a vivir como ella para seguir la huella de Jesús. Nadie se queda impertérrito si no tiene el corazón de piedra.

Los miembros del ayuntamiento de Casia, siempre atentos, siempre agasajándonos, nos llevan a la sede comunale, antiguo palacio Frenfanelli. Nos lo enseña y nos dirige unas palabras el Sr. alcalde. Se ve que tiene tablas y oficio. Lo hace muy bien. Incluso cuando tiene que improvisar. También ha tenido que hacerlo D. José Sevilla que tampoco lo hace mal. No en vano ha estado en el cargo 23 años.

Nos llevan a visitar el Palacio de Santi, sede de la biblioteca y archivo histórico. Nos hemos quedado impresionados. Pocas veces he visto algo parecido. Casia tiene en este palacio un auténtico tesoro. Posiblemente uno de los mejores y más completos de Italia. No olvidemos que Casia, en tiempos de santa Rita, 1381-1457, era una de la ciudades más importantes de la nación.

En san Francisco hemos visitado una exposición maravillosa de Marrocco. Y por la noche, para despedirnos, nos han llevado a Rocaporrena donde hemos cenado. Mientras degustábamos platos típicos de la región el grupo Folk Cittá di Marsiano nos ha deleitado con un programa variado de bailes. Regresamos al hotel a descansar. Llevamos varios días a un ritmo frenético.

Día 23. Hemos madrugado para no perder la costumbre y entrado a la basílica para despedirnos del Señor, en el Sagrario, y de Santa Rita que reposa incorrupta en una urna de cristal. Siempre está abarrotada de fieles. Es domingo y nos han dicho que acudirá a Casia más gente que ayer día de su fiesta. Que pueden llegar hasta 25.000 peregrinos.

Y a Roma. Hacemos el mismo recorrido por el valle de la Valnerina. Paramos media hora en la cascada de los Mármoles, la más alta de Europa. Se precipita sobre el río Nera desde una altura de 165 metros.

Proseguimos. No tardamos en llegar a la ciudad eterna. Nos esperan nuestros religiosos que nos llevan a almorzar a un restaurante típico. De allí al hotel donde pasaremos la última noche. A media tarde nos llevan a ver San Pedro. Después al castillo del Santo Ángel, por fuera; Palacio de  Justicia, Plaza Navona, San Agustín, Panteón, Santa María Sopraminerva y hacia el capitolio donde nos espera el autocar, que nos lleva al hotel. Cenamos y a dormir.

El día 24 otro madrugón. Tenemos que estar en el aeropuerto antes de las nueve. Está retirado y siempre hay problemas de tráfico. Como siempre nos acompañan nuestros religiosos que no nos han abandonado ni un minuto. Trámites y al avión que ya conocemos. Salimos a su hora. Buen desayuno, viaje confortable y llegada a Barajas. Dos horas menos cinco minutos. Nos esperaba el autobús. Y con él a Granada. Almorzamos en el camino. Ahora comentarios. Todos coinciden. Hay que vivirlo. No se puede contar. Ha sido algo inolvidable, emotivo, nunca jamás vivido. Hemos sido privilegiados. En el centro de todo, el Señor. Y con El, Santa Rita, nuestra titular. Ya en el seminario nos sacamos una foto para la historia. Es la primera y única que hemos hecho del grupo.

Esto ha sido, contado de una manera simple, con lenguaje popular, lo que hemos vivido estos días del Hermanamiento entre Monachil y Casia. 

 

fotografía del grupo
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